Cutcsa cuenta con un plan de renovación de unidades pensado para no quedar atrás con el avance tecnológico
- JUAN BLANCO

- 17 ago
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Salgado destacó que la actual inversión en infraestructura y tecnología prevé la ejecución, a 2040, del 100% de la flota electrificada.
Cutcsa transita el camino hacia la electromovilidad, formando parte así de la segunda transición energética de Uruguay. En 2019, la empresa llegó a la conclusión de que el futuro debía tener un eje eléctrico, sobre todo por el costo de la carga de los vehículos y por el ahorro que implica su mantenimiento. “En esto no te podés quedar pero tampoco podés ir muy rápido, hay que mantener un equilibrio, porque los avances tecnológicamente hablando son tantos que, si vas más rápido de lo debido, también te quedás. En 2019 ya se notaba en las diferencias del diseño, el tiempo de carga y la autonomía”, expresó el presidente de la empresa, Juan Salgado.
“No había otra opción. (En 2021) tomamos la resolución de no renovar más coches a gasoil y de plantear un plan quinquenal de renovación hasta llegar al 100%”, explicó. En esa línea, informó que este año se espera alcanzar el 25% de la flota, llegando a un total de 280 ómnibus. El otro 25% se estima que se complete para 2030, el 75% se lograría en 2035 y para 2040, según el plan, alcanzarían el 100%.

Cutcsa viene trabajando con dos marcas, Higer y BID. En ese contexto, Salgado expresó que los primeros ómnibus eléctricos que llegaron al país “no tienen comparación” con los que están arribando. “El tiempo de carga bajó, pero además, la calidad de la batería mejoró y rinde mucho más en cuanto a la autonomía”, destacó. Sin embargo, afirma que para entonces “no nos imaginábamos los adelantos y cambios que iban a haber. Hoy no es una locura pensar que se logre cargar la batería en 10 minutos”.
En el plan de renovación quinquenal, este factor se toma en cuenta, “te permite ir mejorando parte de la flota, teniendo la posibilidad de adquirir en la próxima etapa lo último del mercado”. En ese sentido Salgado explicó que incorporar el 50% en esta etapa “es ir demasiado rápido y se corre el riesgo de quedar en el camino con los nuevos avances tecnológicos”.
Por otra parte, se tuvo en cuenta en la inversión, de unos 100 millones de dólares, la mirada a futuro, “estamos previendo 2030. Entonces, en un futuro las obras civiles, de transformar un estacionamiento de oḿnibus a una terminal de carga, van a poder contener una flota 100% electrificada. No estamos pensando solo en lo que llega ahora, sino previendo lo que se avecina”, agregó. Entonces, la inversión en infraestructura implica, en la planta Juan A. Salgado, la instalación de 246 puntos de carga; en la planta José Añón, 152 puestos; en la Planta Veracierto, 30 puestos; en la Planta Gronardo, otros 32 y en la Planta Islas Canarias, 26 más.
Desafíos
Este cambio, analiza, requiere de otros tipos de cuidados. En esa línea, habló de las capacitaciones de los choferes. “Todos tenemos que aprender a manejar un eléctrico”, expresó. Según el seguimiento que vienen realizando, comentó que “hay choferes que haciendo el mismo recorrido y el mismo horario, tienen un mayor consumo de energía que otros. Entonces, estamos llevando a cabo cursos para afrontar esto y lograr un manejo eficiente”.
Por otra parte, informó que los talleres se están acondicionando porque se requiere de “una reparación diferente” y a su vez están capacitando a los mecánicos y dando ingreso a electromecánicos. “Lo que antes se realizaba en la fosa, ahora se realiza en su mayoría fuera de ella, incluso se suma el uso de servidores y otras herramientas que en el taller tradicional no se utilizan”, comentó.
Recuadro: Toda la inversión “sirve como base fundamental para traer más unidades”
Beneficios
Consultado por los beneficios de caminar hacia la segunda transición energética mediante el cambio a la electromovilidad, destacó en primer lugar el compromiso de Cutcsa con el medio ambiente. Una vez alcanzado el 25% de la flota, se estarían ahorrando, al año, 7 millones de litros de gasoil y se emitirán 20.000 toneladas menos de CO2. “Lo primero es contribuir a la mejor calidad del aire”, expresó, y agregó que otro tema, “que a veces se pasa por alto”, es la polución sonora.
Además y respecto a lo que la gente más valora, son las comodidades. “Son accesibles, con piso bajo, que si se arrima al cordón queda a su nivel; tienen aire acondicionado, tienen puertos USB y Wi-Fi”, enumeró. Entonces, “los beneficios abarcan varias aristas”.
Otros beneficios y objetivos se relacionan con abaratar los costos operativos de los servicios, crear nuevos puestos de trabajo en las áreas de nacimiento tras la incorporación de la flota eléctrica y el consumo eléctrico. “Los coches se cargan en la noche, bajo el costo inteligente, que es diferencial y más razonable”, destacó. Por otra parte, durante el día los cargadores quedan sin uso. “Entonces, hicimos un convenio con la Gremial Única del Taxi, cuyo empuje hacia el eléctrico no se daba porque no tenían dónde cargar con rapidez y con seguridad”. Tras este acuerdo, “hoy hay más de 50 autos por día, que hacen uso de nuestro servicio de cargadores”.
Desde el punto de vista tecnológico, se está renovando el equipamiento de la boletera de abordo que facilitará las formas de pago; en ese sentido se incorporará el pago por código QR y débito, y además, se facilitará la recarga de las tarjetas tanto de estudiante como las STM mediante tarjetas y durante el viaje. “Es la primera renovación, después de 17 años, en la que se puso la primera boleta electrónica. Es mucho más amigable, mucho más cómoda y sencilla”, describió.
Además, las unidades están equipadas con botón de pánico y cámaras de seguridad Ultra HD y visión nocturna. “Sabemos que la seguridad no es un tema de estadística, pero ha mejorado notoriamente porque la policía empezó a utilizar imágenes”, reflexionó.
Ante el desafío del transporte en el área metropolitana, expresó que “estamos en condiciones de encarar una reestructura, porque la herramienta de trabajo es la mejor y más moderna de toda la historia del transporte”. Salgado entiende entonces que “es imprescindible hacer algo para acompañar y volver transitables las calles”. Si bien los cambios y la inversión “llevarán mucho tiempo”, considera que “va a valer la pena, porque entre las principales prioridades de la gente está la mejora de la movilidad, no del transporte”.









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